IX Jornadas de Medicina Rural de la semFYC
3-4 de octubre, 2025
Centro de salud rural. Atención Primaria como primer punto de contacto, con posterior coordinación con servicios hospitalarios especializados.
Hombre de 40 años consulta por habones pruriginosos persistentes en cuello y tórax, sin mejoría tras tratamiento antihistamínico prescrito en consultas anteriores.
Enfoque individual
Sin antecedentes relevantes. En anamnesis dirigida refirió prácticas sexuales de riesgo. A la exploración: lesiones urticariformes. Se solicitó hemograma, bioquímica y serologías para ITS.
Pocos días después, desarrolló una disminución brusca de agudeza visual bilateral, siendo derivado con carácter urgente a oftalmología, donde se diagnosticó panuveítis bilateral. Coincidiendo con la confirmación serológica de infección activa por Treponema pallidum, presentó alteraciones del comportamiento compatibles con afectación neurológica.
Enfoque familiar y comunitario
Se informó a Medicina Preventiva, se llevó a cabo un rastreo de contactos y se proporcionó educación en salud sexual.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Tratamiento y planes de actuación
Inicio de tratamiento hospitalario con penicilina intravenosa. Ingreso para estudio de neurosífilis y afectación ocular. Seguimiento serológico y notificación obligatoria.
Evolución
Buena respuesta clínica tras tratamiento antibiótico. Mejora progresiva de síntomas oculares y neurológicos con seguimiento multidisciplinar.
Este caso evidencia el papel crucial del médico rural en la detección precoz de enfermedades de presentación atípica. La sífilis debe incluirse en el diagnóstico diferencial de lesiones cutáneas persistentes y síntomas multisistémicos. Una anamnesis exhaustiva (incluyendo la historia sexual) y la coordinación eficaz con otros niveles asistenciales son fundamentales para evitar secuelas graves. El caso refuerza la necesidad de mantener un alto índice de sospecha diagnóstica en entornos con recursos limitados.